En una GUERRA, lo primero que desaparecen son LOS DERECHOS DE LAS MUJERES.
Hemos repartido 250 packs de alimentos en Aden, capital de Yemen del Sur, y nos hemos encontrado con que TODAS LAS MUJERES van tapadas TOTALMENTE con niqab negro. Solo hay una que no lo lleva negro.
Yemen del Sur era, antes de la unificación del país en 1990, el ÚNICO país comunista árabe del mundo. Ahora parece absolutamente imposible que así fuese, especialmente cuando vemos a las mujeres. Antes, la vestimenta femenina era multicolor y alegre. En todo el país se usaba el hiyab (pañuelo), como en cualquier país musulmán, pero las abayas (sobre todo que se lleva encima de la ropa) y el propio hiyab eran de colores vivos, al gusto de cada una de las mujeres que lo llevaba.
Pero llegó la guerra, y los señoros que la hacen decidieron que el cuerpo de las mujeres era de su propiedad y una de las primeras cosas que se debían controlar. Y por supuesto, cubrir totalmente no fuese que su simple presencia provocase a alguno de esos señoros trogloditas y le resultase inevitable violarla o vete tú a saber qué. Y empezaron a imponer todas sus normas sobre las mujeres, estableciendo el niqab negro como prenda habitual (aún quedan mujeres como Faten o Widad que no están dispuestas a desaparecer bajo un niqab que las invisibilice pero por desgracia, son excepción).
SIEMPRE EL CUERPO DE LA MUJER COMO OBJETO QUE CONTROLAR
Esta semana hemos distribuido 250 packs de alimentos en Aden, en el sur del país, y cuando Faten nos ha enviado las imágenes se nos ha caído el alma a los pies: con los repartos de comida a lo largo de estos 10 años vemos la cada vez mayor invisibilización de la mujer…
Al preguntarle a ella, nos ha contestado con un lacónico: esto es parte de lo que esta guerra nos hace a las mujeres.
Desde SSF seguiremos a su lado. No están solas, ¡NO SON INVISIBLES! Mientras ellas y sus hijos tengan hambre y miedo, ahí estaremos.
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