En estos días nos acordamos de finales de agosto cuando sucedió el golpe de estado talibán en Afganistán. Durante 5 días nadie habló de otra cosa. La mayoría ni sabían situar Afganistán en un mapa, pero de repente, había expertos y expertas que salían de debajo de las piedras.
En aquel momento, desde Solidarios sin Fronteras nos dimos cuenta de que las donaciones literalmente, habían dejado de entrar. Solo llegaban las cuotas de socios y socias, pero nada más.
Los medios masivos habían hablado: todo era monotema, lo demás, se enterraba bajo una montaña de olvido aún mayor del habitual.
En aquellos días, personas que trabajamos para ayudar a Yemen, a Palestina, al Sáhara, a los rohingya en Banglasesh… compartíamos la misma desazón: una mezcla de profunda tristeza, de angustia y de enfado difícil de gestionar.
Uno de los pocos programas que rompió ese pensamiento único fue, como siempre, Mediterráneo, de Radio 3, con nuestras queridas Pilar Sampietro e Irene Desumbila, que dio voz al silencio sobre Yemen una vez más. Parece ser que nuestra angustia, sin querer, la trasmitimos a través de las ondas, porque muchas personas nos escribisteis preocupadas diciendo que era la vez que nos notábais más angustiadas. Era difícil explicarle a Faten que no podíamos comprar un depósito de agua para una escuela, porque no podíamos garantizar los 120€ mensuales de su llenado.
Pero gracias al programa tuvimos un repunte de socios y socias que logró disipar el nubarrón negro que no nos dejaba avanzar durante esos días. Incluso 3 hermanos se hicieron cargo de la compra del depósito y se encargan de enviar el dinero para llenarlo cada mes. La emoción al explicárselo a Faten, fue indescriptible…
Estos días volvemos a revivir aquello, porque la situación de olvido total es la misma, el parón casi total de donaciones es el mismo, pero con varios agravantes que nos tienen muy tocadas:
  • Uno, Europa (y España con ella) se llena la boca sobre las manos manchadas de Putin al bombardear Ucrania, pero bajo ningún concepto se contempla la opción de dejar de vender armas a Arabia Saudí para matar en Yemen, ni de firmar contratos con empresas de fabricación de armas como Navantia para que exporten barcos de guerra a los sauditas. Parece ser que la sangre yemenita no mancha las manos…
  • Dos, el racismo y la xenofobia brutal de Europa para con los refugiados de primera (blancos, europeos, de ojos claros y cristianos a los que Europa abre las puertas de par en par), frente a los de segunda y hasta de tercera o cuarta clase (musulmanes, negros o pobres a los que deja morir en el mar, de frío en las fronteras o aporrea al saltar vallas y alambradas), es intolerable, repugnante y asqueroso.
Por eso, ante tanta sinrazón, ante tanta ignorancia, ante tanto “mételos en tu casa si tanto te importan” cuando son los de esa segunda o tercera clase, o “no podemos acoger a nadie más, aquí no tenemos ni para nosotros” en esos mismos casos, desde Solidarios sin Fronteras hemos decidido hacer lo que mejor sabemos hacer:
TRABAJAR, TRABAJAR y TRABAJAR.
Seguir sin pausa, no hundirnos aunque tengamos el estómago encogido, seguir dando voz, visibilizando el horror de Yemen, ayudando, salvando vidas.
Porque TODAS las VIDAS IMPORTAN. TODAS.
El resto, un mundo que para nada nos interesa.
Si nos ayudáis a seguir, ahí estaremos, aunque los precios de la guerra en Ucrania hayan disparado como nunca los de Yemen, desde donde una Faten y una Widad desesperadas, escriben:
“Los precios básicos de los productos básicos están subiendo increíblemente a diario, crisis de combustible, condiciones de mal en peor, falta de servicios básicos, asedio y guerra que se libra tanto dentro como fuera.
Esto no es vida, sino una muerte lenta.
Me siento como si estuviese soplando dentro de una bolsa perforada”
Reparto de alimentos y mantas a familias desplazadas. Más que nunca, imposible que puedan pagarlo!!

¿Nos ayudáis a seguir?
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