Nadie en el mundo quiere depender de la ayuda de otras personas…
Nadie quiere esperar mes a mes que alguna organización les provea de alimentos, de agua, de mantas…
Nadie quiere y nadie debería tener que pasar por ello…

En la tierra hay suficientes recursos para todos, pero el egoísmo exacerbado de una parte, mata de hambre y de sed a la otra.

No nos engañemos, si hay ricos es porque hay pobres a quienes explotar, a quienes expoliar, de quienes abusar.
Si hay quienes nadan en la abundancia, es porque han tenido la enorme suerte de estar en el lado privilegiado, y muy probablemente, esa abundancia no la han conseguido con unas grandes dosis de ética y de sentimiento de justicia social.
El mundo es jodidamente injusto y está muy mal repartido. En él, los señores de la guerra han encontrado su “paraíso” económico gracias a su total y absoluta falta de escrúpulos, a su total convencimiento de estar por encima del bien y del mal, y a su desvergüenza sin fin.
Los gobiernos capitalistas sustentan las desigualdades, son culpables de la muerte de millones de inocentes, mantienen y aseguran el reparto totalmente desequilibrado de la riqueza. En definitiva, permiten y alimentan lo que vemos en estas imágenes: el horror de una emergencia humanitaria que lleva ya 6 años ante la absoluta indiferencia del mundo y el enriquecimiento sin fin de quiénes la provocan y la legitiman.
Desde nuestra pequeña parcela en el mundo, no podemos cambiar todas las cosas, ojalá pudiésemos, pero podemos gritar muy alto: nosotras no formaremos parte de este sistema criminal.

No podemos cambiar el mundo entero, no podemos detener la guerra, ni siquiera podemos salvar a millones de personas que la sufren.

Desde hace más de 5 años seguimos distribuyendo alimentos a las familias. CADA MES, casi 12.000 personas tienen agua, alimentos, mantas, energía… Y todo esto gracias a quiénes en esta pequeña parcela del mundo, luchamos sin pausa para que sepan que no están solas. Sin que nos venza en ningún momento el cansancio, seguimos ayudando a cientos y cientos de familias: mujeres con niños que han abandonado la seguridad de un hogar porque les caían las bombas en la cabeza, y desde ese momento, van errantes buscando un refugio tras otro.

Nosotras somos inmunes al cansancio porque si ellas pueden aguantar en las circunstancias en las que viven, tenemos claro que no vamos a fallarles. Si seguís a nuestro lado y nos ayudáis a seguir, nosotras no desfallecemos. Pero os necesitamos, porque solas, por mucha fuerza que tengamos, no podemos.
Desde Solidarios sin Fronteras seguimos, por tanto, distribuyendo alimentos, mantas y productos de higiene a las familias. Ojalá no fuese necesario, pero lo es, y mucho. Cada pack alimenta a unas 6 personas durante 1 mes, y lo hemos ido ampliando para que tenga fruta, dátiles, pasta, legumbres, leche, patatas, arroz, harina, huevos, quesitos…
¿Nos ayudas a seguir? Cualquier donación es más que bienvenida!
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